La creatividad en la publicidad exterior

Realizar diseños para publicidad exterior es un arte que requiere de visión, habilidad y sensibilidad para conseguir impactar con eficacia al público objetivo al que va dirigido. Sin embargo, un diseño mal realizado puede perjudicar, no solamente a la rentabilidad de la campaña, sino que además puede dañar la reputación de una marca. Un ejemplo típico sería la desproporción entre elementos (entre texto e imágenes, por ejemplo) haciendo que unos solapen a otros mermando el entendimiento del mensaje; también la mala elección de colores o de otros elementos que difieran demasiado del objetivo o público al que van enfocados o incluso de su entorno, harán que el mensaje pase desapercibido o incluso ignorado.

Para que esto no ocurra o, al menos, se minimice al máximo estos errores, se deben de tener en cuenta una serie de pautas que nos ayudarán a potenciar nuestro mensaje y transferirlo a nuestro público predilecto.

  • IDENTIFICACIÓN. Un mensaje debe ser reconocido de la forma más breve posible. En la publicidad exterior los impactos dependen de una pequeña cantidad de segundos en lo que el público identifica el mensaje y lo asimila. Si un mensaje es complejo de identificar y siembra la duda en el consumidor, la campaña publicitaria sufrirá una merma importante en su eficacia y, por supuesto, en la rentabilidad.
  • MARCA Y LOGOTIPO. La marca y el logotipo debe ocupar un lugar preferente en nuestro anuncio. El objetivo de esto es hacer que el público se entere de forma clara y rápida cuál es nuestra marca. La regla por excelencia es colocar el logotipo en la zona derecha y que quede entre la mitad y la zona superior del anuncio.
  • SIMPLICIDAD, REGLA DE ORO. La simplicidad es un arte que se debe dominar a la perfección en la publicidad exterior. Además de identificar el mensaje como dijimos antes, también se debe comprender de un solo vistazo lo que el mensaje quiere comunicarnos. Una cosa es entender que ahí hay un mensaje y otra lo que el mensaje está tratando de transmitirnos. En solo 2 o 3 segundos el consumidor debe saber a la perfección lo que se le está tratando de decir. En este caso, menos es más.
  • TIPOGRAFÍA. La tipografía de nuestro anuncio debe ser pulcra, sin florituras, y de unas proporciones acordes a las dimensiones del formato publicitario elegido, las imágenes y la distancia a la que será visto por nuestro público objetivo principal. Una frase escueta de diez palabras como máximo que transmita el mensaje de forma clara y concisa sería lo ideal. Mejor utilizar minúsculas en lugar de mayúsculas ya que se leen con más facilidad y evitar el uso de “bold” (negrita) en nuestras frases o de letras demasiado finas. Una tipografía demasiado cargada será menos legible en la distancia ya que suelen aparecer grumos en las letras y si es demasiado delgada, tenderá a difuminarse y desaparecer.
  • IMAGEN. Las imágenes que se utilicen en un anuncio deben ser llamativas, atrayentes, poderosas, que irradien el poder de nuestra marca. Huelga decir que la resolución y la calidad de las imágenes han de ser adecuadas y estar perfectamente optimizadas para los grandes formatos.
  • CONTRASTES. Cuando se trata de los colores en publicidad exterior, hay que tener muy en cuenta su elección y las diferentes combinaciones, pues marcarán una gran diferencia. He aquí las diferentes combinaciones ordenadas de mayor a mejor legibilidad:
    • NEGRO SOBRE AMARILLO
    • NEGRO SOBRE BLANCO
    • AMARILLO SOBRE NEGRO
    • BLANCO SOBRE NEGRO
    • AZUL SOBRE BLANCO
    • BLANCO SOBRE AZUL
    • VERDE SOBRE BLANCO
    • BLANCO SOBRE VERDE
    • ROJO SOBRE BLANCO
    • BLANCO SOBRE ROJO

No cumplir algunos de estos parámetros perjudicará la eficacia de transmisión del mensaje y, por ende, su rentabilidad.

  • FONDOS SENCILLOS. Los fondos para un anuncio deben ser sencillos y que no destaquen por encima de los elementos más importantes destinados a transmitir nuestro mensaje. El fondo de nuestro anuncio debe estar en consonancia con el resto de elementos, como la tipografía, logotipo e imágenes. A veces un fondo básico (como un fondo blanco) ayudará a nuestro anuncio a transmitir el mensaje más eficazmente.
  • CREATIVIDAD. Si nuestro anuncio está dotado de cierta creatividad, esto se traducirá en más impactos. La creatividad es un valor añadido que otorgará a nuestro anuncio más diferenciación y notoriedad. En publicidad exterior no hay límites para la creatividad. En muchas ciudades se pueden encontrar gran variedad de anuncios sorprendentes, así como estrambóticos, que destacan del resto debido a su gran ingenio y creatividad
  • DIFERENCIACIÓN CON EL ENTORNO. No basta con saber qué colores emplearemos para nuestro anuncio: debemos tener en cuenta el lugar donde va a ir emplazado y los colores que predominen en ese entorno. Por ejemplo, si queremos colocar una valla la cual tiene un fondo boscoso de gran densidad, deberíamos evitar que nuestro anuncio tenga un fondo verde, ya que podría pasar más desapercibido y reducir su capacidad de generar impactos.

Siguiendo estas pautas conseguiremos unos anuncios más eficaces, más capaces de producir impactos a nuestro público objetivo y, en definitiva, más rentables y productivos para nuestra marca. La publicidad exterior es el medio publicitario más potente después de la televisión y emplearlo adecuadamente marcará un notoria diferencia a la hora de exprimir su potencial. Para más información sobre cómo realizar un diseño óptimo para publicidad exterior consulta en este enlace.