No hay duda que la pandemia está azotando nuestras vidas al igual que lo haría un temporal a un barco ballenero que estuviera faenando en medio del océano. Las empresas se están esforzando al máximo para intentar no venirse abajo como una torre de naipes mal construida. Pero hay que tener en cuenta el sector en el que se encuentra cada una. Los gimnasios, pertenecientes al sector deportivo, son del tipo de empresa más afectado por el COVID-19 por razones más que obvias.
Debido a este evento desastroso, como lo es un escenario que implique cualquier tipo de riesgo biológico, muchos gimnasios tuvieron que para su actividad y, con ello, su inversión publicitaria. Sin embargo, ni siquiera este ser minúsculo tan dañino y tan eficaz en lo suyo ha podido derrotar a la publicidad exterior. Poco después, el temporal epidemiológico comenzó a amainar y llegó la «nueva normalidad». La publicidad exterior se convirtió nuevamente en uno de los objetivos a cumplir por las empresas para poder presentar batalla a su competencia, a pesar de que los cielos todavía siguen grises y no con ánimos de cambiar a mejor color precisamente.
Nuestro cliente Viva Gym es un claro ejemplo de determinación y valentía, realizando servicios de publicidad exterior para transmitir su oferta nuevamente en las calles, a pesar del nada alentador panorama. En esta ocasión Viva Gym utilizó para anunciarse soportes tan destacados como publicidad espectacular, publicidad en metro, vallas publicitarias, publicidad en parkings y mobiliario urbano.
No cabe duda de que la publicidad exterior ha plantado cara al covid-19 y de momento ya ha ganado varias batallas, sin embargo no la guerra. Para ganar esta guerra necesitamos reinventarnos, cambiar de estrategias y mucha cabeza fría. Al final lo que cuenta es seguir adelante y nunca retroceder, caer y luego levantarnos, por eso dejar de hacer publicidad exterior no es una opción.